El notable progreso de la medicina ha llevado a un aumento de la esperanza de vida en Brasil y en el exterior. Estamos viviendo una transición demográfica, un beneficio indiscutible, pero al mismo tiempo, un gran desafío para los sistemas de salud, los funcionarios gubernamentales y la sociedad civil. Hoy a las enfermedades cardiovasculares es el cáncer, ambos asociados al envejecimiento, tienen una alta prevalencia y son responsables, respectivamente, de más de 18 millones y 9 millones de muertes al año.
Se estima que más de 14 millones de brasileños viven con enfermedades del corazón y tenemos más de 380 mil muertes por este motivo anualmente. En paralelo, para el año 2020, la proyección es de 626 mil nuevos casos de cáncer y otras 200 mil muertes. Juntas, estas condiciones plantean un tremendo problema de salud pública, y todavía tenemos que lidiar con la conexión entre ellas, es decir, con el hecho de que algunos tratamientos contra el cáncer tienen repercusiones en el corazón y los pacientes, con o sin enfermedad cardíaca, necesitan un tratamiento. mirada especializada en esas circunstancias.
En los últimos años, los pacientes con cáncer han tenido acceso a soluciones terapéuticas innovadoras en los campos de la cirugía, la radioterapia, la quimioterapia y la inmunoterapia. Aunque este grupo de enfermedades tiene una alta mortalidad, los pacientes han ganado más supervivencia y calidad de vida con avances médicos. La comunidad científica se ha comprometido a investigar nuevos tratamientos, aumentando las posibilidades para cada vez más pacientes.
Pero debemos recordar que ciertas terapias contra el cáncer pueden causar efectos secundarios perjudiciales para el corazón y aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular. Además, dada la alta prevalencia de problemas cardíacos en la población brasileña, no podemos perder de vista la perspectiva de tener que lidiar con enfermedades cardíacas y cáncer al mismo tiempo.
Ahí es donde el cardio-oncología, campo reciente de la medicina que promueve el diálogo entre especialidades y favorece la atención integral al paciente oncológico. La idea es priorizar la atención compartida con un equipo multidisciplinar que reúna a médicos de distintas procedencias (oncología, hematología, cirugía, cardiología …) y profesionales de enfermería, educación física, nutrición, fisioterapia, etc.
Los pacientes que ya son cardíacos requieren un cuidado especial al iniciar el tratamiento del cáncer, ya que los medicamentos utilizados pueden empeorar su condición. E incluso las personas sin un problema previo pueden desarrollar complicaciones cardíacas como resultado del tratamiento. Por tanto, debemos prevenir, diagnosticar y tratar contratiempos como cardiotoxicidad (medicamentos tóxicos para el corazón) para garantizar un tratamiento completo del cáncer, libre de interrupciones y contratiempos. Esto aumenta las posibilidades de curación y brinda calidad de vida al paciente.
Atento a este tema, la Sociedad Brasileña de Cardiología (SBC) se ha comprometido con la consolidación de la cardio-oncología en Brasil, ya sea promoviendo la formación de grupos de estudio o emitiendo guías sobre el tema. Entonces, durante diez años, esta subespecialidad se ha estado estructurando y creciendo con responsabilidad e ingenio aquí. En 2011, se publicó un hito en el área en el Archivo Brasileño de Cardiología: la primera Guía Brasileña de Cardio-Oncología. En ese momento, la SBC también creó el Grupo de Estudio de Cardio-Oncología, con el objetivo de promover cursos y difundir el conocimiento al respecto.
Ahora en 2020, en asociación con el Colegio Americano de Cardiología, SBC celebrará, el 12 de septiembre, el primer Simposio Virtual Internacional sobre Cardio-Oncología, en el que el nueva directiva brasileña de cardio-oncología, consolidando el auge y buenas prácticas de la zona. El objetivo del documento es presentar innovaciones y actualizaciones a los especialistas, con un enfoque en la prevención, el diagnóstico precoz y el tratamiento individualizado.
La directriz se suma a un esfuerzo de las políticas públicas para ayudar a los pacientes con cáncer y enfermedades cardiovasculares, estableciendo protocolos y medidas basadas en la evidencia para mejorar la atención clínica. Y es parte de la construcción de un nuevo escenario en el que cardiología y oncología se unen para generar valor para la salud y mejorar la vida de nuestros pacientes.
* El Dr. Marcelo Queiroga es presidente de la Sociedad Brasileña de Cardiología.
Crédito: Enlace fuente
Discussion about this post