Una tecnología nueva para facilitar partos más seguros, permitir la toma inmediata de decisiones en caso de que se presente alguna complicación durante el alumbramiento y reducir el número creciente de cesáreas que se practican en todo el mundo. Esa es la potencialidad de la nueva «tecnología disruptiva» que ha lanzado el equipo de Nanoingeniería del CIC nanoGUNE de San Sebastián. Un sistema «no invasivo» que permite el monitoreo «continuo de los riesgos fisiológicos» de los bebés durante el parto «en tiempo real», lo que, aseguran, ayudará a los obstetras y profesionales sanitarios que lo atiendan a «tomar decisiones rápidas y disminuir el número de cesáreas, que en algunos países llega hasta el 40%, la media mundial se sitúa en el 22%, pero la OMS recomienda que no se supere la tasa del 15% porque según sus datos, «las tasas de cesáreas superiores al 10% no están asociadas a reducciones en las tasas de mortalidad materna ni neonatal, sino todo lo contrario».
Esta tecnología busca, por tanto, contribuir a reducir esa práctica. Ya que, según explicó nanoGune en un comunicado, la decisión de realizar una cesárea «se basa principalmente en un análisis invasivo de pH y lactato en sangre que se realiza mediante una muestra del cuero cabelludo del feto durante el parto», un método que –según su investigación– funciona «de forma discontinua» y requiere de un «tiempo de medición excesivamente alto» por lo que se producen un «número considerable de fallos».
Andreas Seifert, responsable del equipo de investigadores del centro donostiarra que ha desarrollado este avance, explica que la nueva tecnología «se basa en la combinación de la espectroscopia Raman, equipada con sondas específicas para cada aplicación, y algoritmos multiparamétricos de aprendizaje de máquinas que tienen en cuenta la imagen sistémica de las variaciones o anomalías fisiológicas» para la toma de decisiones, y no se basa en un «único parámetro como el pH o el lactato» como la tecnología actual.
La OMS recomienda que la tasa de cesáreas no supere el 10% y en el mundo la media llega al 22%, en algún país al 40%
La espectroscopia Raman, explica el investigador, «puede detectar cambios de parámetros bioquímicos directa o indirectamente» y, utilizando el aprendizaje por máquina y considerando todos los cambios bioquímicos, se obtiene como resultado «una clasificación más estable y sensible» de los parámetros asociados a la asfixia perinatal, causante del 23% de las muertes de recién nacidos en el mundo, unos 4 millones. «Con nuestra tecnología –añade el investigador–, se podrían minimizar las cesáreas y los riesgos para la salud durante el parto, junto a los costes que llevan asociados y las implicaciones sociales y legales».
Sin competidores
Esta tecnología no tiene «competidores directos», asegura Ion Olaetxea, otro investigador, quien asegura que la «vigilancia no invasiva, en tiempo real y continua nos proporciona una ventaja competitiva tangible» que les diferencia de los métodos actuales. Ainara García, responsable de Transferencia de Tecnología de nanoGune asegura que la tecnología «está protegida mediante una solicitud de patente y presenta un buen nivel de preparación, lo que la hace atractiva para los inversores privados». De hecho, dijo, ya han recibido «llamadas de interés».
La iniciativa, fruto de una idea que se originó en 2017, ha sido premiada en la fase 1 del programa BBK Venture Philanthropy y demuestra que «el mercado está preparado para absorber alternativas al método convencional».
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