La oxitocina es una hormona que evoca el amor y toda serie de sentimientos agradables, que mantienen con buen ánimo a los seres humanos.
Nuestro cerebro es una máquina de efectos sensoriales y reacciones neurológicas, que pese a que aún no se conoce ni usamos su capacidad a un 100%; es el eje central de nuestra existencia y modo de responder ante la vida y los estímulos de esta.
Precisamente por ello, es que es importante estar al tanto de los factores que pueden afectar el normal funcionamiento del cerebro.
Actualmente, la ciencia lidia una fuerte batalla con condiciones, trastornos y enfermedades que ponen en peligro la salud cerebral.
El Alzheimer posiblemente sea una de las afecciones, cuyo proceso y final es realmente doloroso debido a que quien lo sufre pierde paulatinamente lo más preciado de la vida: Los recuerdos.
Además, los avances médicos han sacado a la luz tratamientos que ayudan a sobrellevar esta enfermedad de alguna manera; mientras se haya la cura o el antídoto que evite la aparición del Alzheimer.
En relación a esto, recientemente se pudo conocer que la oxitocina podría ser la clave para tratar un padecimiento que afecta a millones de personas en el mundo.
Cabe destacar que la Organización Mundial de la Salud, prevé que para el año 2030, en caso de no tener un tratamiento definitivo; hallan 74,7 millones de personas con Alzheimer en el mundo.
La oxitocina y su aporte para tratar el Alzheimer
Gracias a un trabajo investigativo que realizan científicos de la Universidad de Ciencia de Japón (Tokyo University of Science); el mundo a dirigido su vista a la oxitocina para tratar los trastornos cognitivos.
En este caso se han enfocado en el Alzheimer, el cual es causado principalmente por la acumulación de la Amiloide B (AB), en torno a las neuronas del cerebro.
Por ende, la actividad neuronal se dificulta y da como resultado el inicio de la degeneración cerebral.
Cabe destacar que el péptido está involucrado en otras actividades, que nada tienen que ver con la demencia senil, como también es conocida la enfermedad.
Pruebas
De acuerdo a los estudios realizados en animales, los expertos encontraron un aumento en la agregación del péptido en la región donde se rigen los procesos de aprendizaje y de memorización, es decir, el hipocampo.
Como consecuencia, la transmisión de señales de las neuronas que en el habitan disminuyen potencialmente.
Además, esta particularidad afecta directamente la plasticidad sináptica; la cual es una característica de las células que componen el sistema nervioso.
Sobre la plasticidad sináptica, hay que señalar que es la capacidad de las mismas de “acomodarse” para un aumento o disminución de la actividad de señalización a lo largo del tiempo.
También hay que mencionar, que juega un papel protagónico en los procesos del aprendizaje y las funciones cognitivas, propias del hipocampo.
Finalmente, se puede decir que la AB y sus efectos en los procesos cognitivos, es el foco central de las investigaciones que día tras día se realizan para combatir el Alzheimer.
¿Por qué han estudiado la oxitocina?
Los hallazgos en las evaluaciones de los nipones arrojaron, que la oxitocina es un participante fijo en la regulación del aprendizaje y rendimiento de la memoria.
No obstante el doctor Akiyoshi Saitoh, uno de los voceros del proyecto, señaló que su estudio podría ser el primero en cuanto a los efectos de “la hormona del amor”; para contrarrestar el deterioro en las funciones cognitivas ocasionadas por la AB.
Según Saitoh, tomaron como muestra el hipocampo de un ratón y constataron los embates causados por la AB a nivel de la plasticidad sináptica, es decir, el acercamiento de las neuronas para enviar ordenes al cerebro.
Posteriormente los científicos introdujeron una dosis adicional de oxitocina en la mencionada zona.
¿El resultado? El aumento de las capacidades de señalización.
A partir de esto Saitoh y su equipo, han empezado a considerar que la oxitocina podría ser capaz de revertir el deterioro de la plasticidad sináptica.
Segunda prueba
Otra serie de pruebas siguieron a este primer hallazgo. En una de ellas bloquearon de forma artificial los receptores de la oxitocina, los cuales habitan con normalidad en el cerebro en forma de membranas.
Con esto pudieron observar que en efecto, con dichos receptores bloqueados no pueden revertir los desastres de la AB.
Por ello, saben que en estas circunstancias la oxitocina no es capaz de curar los daños causados por el péptido. También concluyeron, que la hormona no se involucra ni cumple ningún tipo de función en la plasticidad sináptica del hipocampo.
Sin embargo, el equipo declaró a la revista Biochemical and Biophysical Research Communication, que están seguros sobre la capacidad de la oxitocina para revertir los efectos de la Amiloide B.
Datos de interés
La oxitocina es una pequeña hormona que se produce en el hipotálamo, ubicado en el sistema nervioso central. Luego se traslada a la hipófisis para ser segregada al organismo cuando sea necesario.
Además, juega un papel importante en la aparición de otras enfermedades; especialmente en aquellas relacionadas con la salud mental tales como: Ansiedad, depresión, ansiedad, autismo y esquizofrenia.
Igualmente, se involucra en el control del estrés y está previsto que pueda relacionarse en un futuro, con el resguardo del sistema inmune y el endocrino; así como en procesos de carácter inflamatorios o en el combate contra varios tipos de cáncer.
La excitación sexual, el aumento en la confianza, la creación de lazos emocionales con terceros, la merma en el miedo social e incluso el nacimiento de las buenas acciones; son otras de las cosas en las que la hormona se involucra.
Por otra parte, como todo componente beneficioso existente, la oxitocina tiene algunas reacciones adversas si no es aplicada con precaución y en las dosis correctas.
Una mala administración compromete el sistema nervioso central y puede generar crisis epilépticas.
Está relacionada con la aparición de la hipertensión arterial, las arritmias, taquicardia y demás afecciones del sistema cardiovascular.
Si es suministrada de forma intravenosa, se debe poner especial cuidado, ya que sin la correcta supervisión podría causar hipertonía uterina, rotura uterina o retención placentaria.
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