Las lluvias, algunas bastante fuertes, que han caído en los últimos días sobre el área metropolitana de Bucaramanga han puesto sobre la mesa, una vez más, el debate sobre la gran cantidad de lugares en los que ocurren inundaciones que afectan de forma crítica la circulación de vehículos tanto particulares, como de servicio público. No solo tenemos que volver recurrentemente sobre la necesidad de que se hagan los trabajos necesarios para corregir las fallas de diversa índole que se presentan en las vías de los cuatro municipios conurbados, sino que tenemos que insistir en que estas situaciones suelen prolongarse en el tiempo por no existir un concepto de gobierno metropolitano que sea capaz de actuar con contundencia y rapidez sobre este problema, entre muchos otros.
No puede ser que terminemos por creer que es natural que la lluvia ahogue al área cada vez que pasa una temporada invernal y que por esta causa la cotidianidad se afecte de manera significativa, no solo por el retraso lógico que se da en el tráfico cuando hay condiciones lluviosas, sino por decenas de puntos sobre las principales vías metropolitanas que sencillamente paralizan la movilidad, con los perjuicios generales que esto ocasiona.
El Anillo Vial Metropolitano, la Transversal del Oriente, la autopista a Girón, la que lleva a Floridablanca y Piedecuesta, la extensión de la calle 45 a Chimitá, la vía de La Vírgen a La Cemento, por ejemplo, deben ser recorridas diariamente por decenas de miles de ciudadanos que cruzan al menos dos veces varios de estos municipios y a lo largo de ellas encuentra problemas derivados de acciones u omisiones de cada uno de los gobiernos.
Si pudiera darse en la práctica, y no solo en la teoría o en acciones pequeñas y esporádicas, un verdadero tratamiento metropolitano a las vías, no tendríamos con cada lluvia fuerte a una gran cantidad de ciudadanos atrapados en el tráfico con lo que esto significa para sus trabajos, estudios, comercios, etc, pues no se trata de un problema de incomodidad, sino de que en esta contingencia climática no se afecten en una proporción grande el ritmo de vida y la producción en cuatro de los cinco municipios más grandes e importantes del departamento.
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