Su único tratamiento es quirúrgico. En la actualidad, podemos conseguir que la retina vuelva a su sitio con una única cirugía en un altísimo porcentaje de casos, hablamos de más de un 90 % aproximadamente. Para esta intervención contamos con diferentes técnicas quirúrgicas, por lo que se seleccionará la más adecuada en función de cada caso.
Por tanto, aunque es una patología grave, se puede prevenir en muchos casos, especialmente en aquellas personas que presentan síntomas evocadores, como hemos señalado previamente, y que tienen pequeñas degeneraciones retinianas predisponentes, como agujeros o desgarros que todavía no han producido el desprendimiento, y que se pueden tratar con láser para evitar que sigan progresando. El tratamiento del desprendimiento de retina es de alta efectividad y la intervención no requiere de anestesia general, sino que se realiza habitualmente bajo anestesia local y de forma ambulatoria. Lo fundamental, la atención urgente ante el menor de sus síntomas.
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