Por Toni Sánchez
Cuarenta años salvando vidas y desarrollando una impecable labor al frente del equipo médico de la enfermería de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo (Salamanca) han sido mérito más que suficiente para que el doctor Enrique Crespo haya sido nombrado como ‘Hijo Adoptivo’ de la ciudad mirobrigense. Tal distinción, que será efectiva en un acto que se celebrará en los prolegómenos del Carnaval del Toro, ha sido otorgada por el Ayuntamiento de esta localidad salmantina. El nombramiento como ‘Hijo Adoptivo’ se ha realizado ‘por ser una persona con una amplia y duradera relación con Ciudad Rodrigo, donde se ha ganado el reconocimiento de todos los mirobrigenses y que, al mismo tiempo, muestra siempre esta intensa relación con la ciudad allí donde va’, según ha manifestado Marcos Iglesias, alcalde de Miróbriga.
El doctor Enrique Crespo atiende la llamada de Mundotoro apenas unos minutos después de comprobar el estado de las obras de la enfermería de la plaza de toros de Ciudad Rodrigo, en la que lleva ejerciendo más de cuarenta años. ‘Se me ponen los pelos de punta solo con venir aquí’, comenta, al mismo tiempo que asegura que las instalaciones estarán terminadas sin ningún tipo de problema para el Carnaval del Toro.
El cirujano zamorano recibió con sorpresa la noticia del nombramiento como ‘Hijo Adoptivo de Ciudad Rodrigo’: ‘Que te nombren Hijo Adoptivo de cualquier localidad es una honra tremenda’. El vínculo del doctor Crespo con la localidad charra viene de lejos: ‘Ciudad Rodrigo es una ciudad a la que estoy unido desde que era estudiante de medicina. Además, mi abuelo materno nació aquí, por lo que nuestra relación con Ciudad Rodrigo viene de muchos años y se ha ido acrecentando cada Carnaval‘. Además, el médico se emociona al explicar el cariño que le muestra la gente del pueblo: ‘El mayor honor, más aún que esta distinción, es el cariño que nos demuestra gente anónima que nos saluda y nos agradece todo lo que hacemos. Eso es lo que más apreciamos, tanto yo como mi equipo’.
‘La confianza del herido en el equipo médico es el mayor reconocimiento posible’
‘El mayor reconocimiento que tiene un cirujano con los toreros se produce cuando les vemos reaparecer‘, explica el doctor Crespo, quien añade: ‘Es una satisfacción muy grande’. ‘Cuando operamos o salvamos la vida de alguien, ya sea un torero o un aficionado en un festejo popular’, continúa, ‘lo que tendríamos que agradecer es la confianza que el herido deposita en nosotros cuando es cogido por un toro. Esa confianza es el mayor reconocimiento posible para un equipo médico de una plaza de toros’. Enrique Crespo no tiene dudas en señalar la que para él es la mayor de las satisfacciones: ‘Cuando llegas a tu casa y piensas que a un tío con la femoral partida le has salvado la vida en una enfermería o un quirófano móvil… Eso no tiene precio porque reafirma tu vocación por la medicina’.
Preguntado por el momento actual de La Fiesta y la cirugía taurina, el doctor Crespo considera que ‘no es el mejor momento. Ni para una cosa ni para la otra’. ‘La cirugía taurina no se aprende ni en los textos, ni en la universidad, ni tan siquiera en un hospital. Se aprende en una enfermería de plaza de toros o en un quirófano móvil atendiendo a los heridos por asta de toro’, sentencia el médico, quien adelanta que la Sociedad Española de Cirugía Taurina organizará en Las Ventas un nuevo curso el 25 y 26 de febrero para todas aquellas personas interesadas en profundizar sobre el tema.
‘Este año he atendido diecisiete cornadas. Son muchísimas’
Este año ha atendido un total de diecisiete cornadas. ‘Son muchísimas’, dice el cirujano taurino, quien valora la incursión de savia nueva en esta rama de la medicina: ‘He terminado muy satisfecho esta temporada porque gracias a Dios he tenido a mi lado a cirujanos y anestesistas jóvenes a los que les ha ilusionado el proyecto y han visto recompensadas la dedicación que supone el perder parte de tu tiempo libre para ir a formar parte de un equipo médico en una plaza de toros’. ‘Se han dado cuenta que lo más gratificante no es un emolumento o unos honorarios, sino que la satisfacción más grande es la de devolver la salud a una persona que se la ha quitado un toro.’, continúa el doctor Crespo, quien añade: ‘Todo ello lo haces en una enfermería de una plaza de toros, que no es un hospital. Hay los medios necesarios, pero los justos. En esas condiciones este año hemos salvado más de una vida en los pueblos de la Comunidad de Madrid, y lo que se siente es tremendo. Eso es lo que quiero transmitir a los jóvenes’.
El doctor Enrique Crespo explica que los jóvenes médicos, de los que se siente tremendamente orgulloso, ‘se han dado cuenta que no tienen que tener ese miedo o respeto a las cornadas si están en un equipo bien conformado y complementado con unas buenas instalaciones‘. El cirujano continúa destacando que ‘lo que es necesario tener es la vocación por curar. Por suerte o por desgracia, eso es lo que más cuesta transmitir a las nuevas generaciones de anestesistas, médicos y enfermeros, pero a base de dramas y de desgracias como son las cornadas, aprenden y se dan cuenta de todo eso’.
‘Los avances en la anestesia son los que nos permiten salvar la vida a gente con cornadas muy graves’
Por último, el jefe médico de varias plazas de toros de toda la geografía española explica el elevado porcentaje de éxito en las intervenciones de muchas cornadas de extrema gravedad: ‘Lo que está salvando vidas a día de hoy es el disponer de buenos anestesistas, de grandes enfermeros intensivistas y de todos los métodos anestésicos que hay en los quirófanos móviles y en las enfermerías’. ‘Los cirujanos operamos igual que hace cincuenta años, pero ahora por ejemplo una persona que con el estómago lleno recibe una cornada en la tripa puede ser anestesiada y resolver la cornada sin problema. Eso hace treinta años era impensable‘, explica el doctor Crespo, quien finaliza: ‘Todos los avances que ha conseguido la cirugía taurina lo achacamos a la infraestructura de anestesia y a los propios anestesistas, que son los que nos ayudan a los cirujanos a salvar las vidas’.
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