Desde hace más de seis años, el equipo de investigación de TecSalud, en colaboración con la firma canadiense Cardiol Therapeutics, inició los estudios preclínicos sobre los beneficios terapéuticos del CBD en la enfermedad cardiovascular, mismos que ahora se estudian en pacientes con COVID-19, con resultados muy positivos. Los estudios se llevan a cabo con la molécula del Cannabidiol, la cual es producida farmacéuticamente, de forma sintética. No se trata de un extracto de planta, sino de una síntesis farmacéutica, explica Gerardo García Rivas, director de Investigación Traslacional de TecSalud. De acuerdo con las investigaciones, esta molécula tiene un potente efecto antiinflamatorio y, como muchas de las consecuencias del COVID-19 tienen que ver con una respuesta inflamatoria, es que se están haciendo los estudios respectivos con pacientes contagiados por dicho coronavirus.
García Rivas señala que su equipo —el cual trabaja en el área de enfermedades cardiovasculares del Instituto de Cardiología y Medicina Vascular del Hospital Zambrano Hellion de TecSalud—, a través de colaboraciones de muchos años, ha logrado codesarrollar la citada molécula para aplicaciones cardiovasculares.
“Cuando aparece COVID-19 vemos la parte inflamatoria, pero también vemos que los pacientes que principalmente se complican son aquellos que tienen enfermedad metabólica, que tienen enfermedad cardiovascular y, a partir de ello, abrimos un protocolo que consiste en utilizar esta formulación farmacéutica de Cannabidiol o CBD, para usar en pacientes que tienen enfermedad cardiovascular y que además se infectaron por Covid”, explica el director de Investigación Traslacional de TecSalud.
Aclara que su equipo es responsable de diseñar y de desarrollar el protocolo clínico que fue aprobado por la FDA (Food, Drug and Insecticide Administration), así como por agencias regulatorias en México, como la COFEPRIS, además de que fue aprobado por Brasil para realizar el estudio que comprende más de 400 pacientes, de los cuales están la mayoría en Estados Unidos y en Brasil.
“Probablemente, lo que nos llevará más tiempo es reclutar a esos 400 pacientes. Es una época complicada, pero, afortunadamente, en Estados Unidos y en Brasil es donde hay mayor cantidad de pacientes por las características que se requieren”, asegura.
Añade que “nosotros aquí somos un sitio para el estudio de esta molécula con pacientes de enfermedad cardiovascular y de infección por COVID, y hasta el momento tenemos resultados muy positivos con los 35 pacientes que hemos tratado hasta este momento”.
García Rivas indica que es posible que en este 2022 puedan tener a los pacientes que necesitan, y después de un análisis muy meticuloso, de validación por parte de sus investigadores y de las agencias regulatorias, ya podría estar listo el Cannabidiol contra COVID-19.
“Actualmente, este medicamento está evaluado para ver su potencial, tanto en seguridad como en eficacia, qué tan seguro es para el uso, que es la primera preocupación que tenemos, y después ver si es eficaz para disminuir las complicaciones de los pacientes. Una vez que se tengan los resultados de todos los pacientes, se analizan todos los resultados en los múltiples centros donde se realizan los estudios y para 2023 ya podría estar listo para ser usada no solo en investigación, sino en aplicaciones claras y con uso específico”, puntualiza.
¿QUÉ ES EL CBD?
Aun cuando no es un tema nuevo sobre la mesa, existe una serie de interrogantes en torno al cannabidiol, mejor conocido como CBD. Es por ello que especialistas dan respuesta a las dudas más comunes y aclaran si son ciertas o falsas estas atribuciones sobre este compuesto que aún es objeto de polémica.
1. ¿El CBD es igual que la mariguana?
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) aclara que la mariguana es diferente al CBD, ya que este último se considera un compuesto único en la planta de cannabis, mientras que la primera es un tipo de planta de cannabis que contiene diversas sustancias naturales, como el CBD o el THC, un poderoso agente psicotrópico.
El uso de la mariguana como medicamento representa problemas diferentes al CBD, por ejemplo, los efectos malignos de fumar o el deterioro cognitivo que induce el THC, advierten especialistas del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de Estados Unidos (NIDA). Esto no sucede con el cannabidiol, que ya se emplea en un fármaco específico para tratar ataques convulsivos.
2. El CBD tiene efectos secundarios
Según especialistas de Mayo Clinic, aun cuando el cannabidiol es bien tolerado en la mayoría de los casos, puede causar algunos síntomas como sequedad en la boca, disminución del apetito, diarrea y fatiga. De igual manera, pueden presentarse mareos, náuseas y vómitos. No obstante, las investigaciones para conocer todos sus posibles riesgos aún se encuentran en desarrollo.
3. Este compuesto provoca adicción
Tanto el CBD como el THC (tetrahidrocannabinol) son cannabinoides, dos de las más de 100 sustancias químicas que se encuentran en la planta cannabis sativa. Sin embargo, el segundo compuesto tiene el efecto psicotrópico más notable en el cuerpo humano. Para sentirlo, necesariamente se debe aplicar calor, ya sea a través de fumar, vapear o cocinar.
“Hasta el momento se ha descrito que, al no tener influencia en el sistema nervioso central de manera considerable como sí sucede con el THC, el CBD no causa dependencia”, explica Omar Carrasco Ortega, quien también es miembro del Comité Consultivo Mixto de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
4. Su uso no es legal en nuestro país
“Desde 2017, el uso de cannabis medicinal es legal en México, según el Reglamento de la Ley General de Salud. Cualquier médico que cuente con un recetario puede indicar productos con CBD, siempre y cuando tengan menos del uno por ciento de THC”, apunta el doctor Alberto Méndez Campos, especialista de Q2 Clinic México, centro que ofrece terapias basadas en cannabis medicinal.
Un año después, en 2018, la Secretaría de Salud, a través de la Cofepris, anunció la primera liberación de productos con cannabis y sus derivados, los cuales no contenían THC ni producían efectos psicoactivos. Dentro de estas aprobaciones, hubo 21 suplementos alimenticios, nueve cosméticos, seis de alimentos y dos de materia prima.
5. Resulta efectivo contra el dolor
Según estudios, el CBD ha mostrado ser un buen antiinflamatorio, de ahí que se considere un remedio contra el dolor. Esto no significa, sin embargo, que tenga propiedades analgésicas comprobables. Por ende, es posible que su efecto no sea tan efectivo como el que podría ofrecer el cannabinoide THC.
6. Su uso no es realmente seguro
El Comité de Expertos en Farmacodependencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer, a finales de 2017, que el cannabidiol en su estado puro no parecía tener potencial de abuso ni de causar algún daño. Además, este organismo reveló entonces que veía en este compuesto atractivas propiedades terapéuticas. De igual manera, “la OMS ha indicado que, en los seres humanos, el CBD no muestra efectos notables de ningún potencial de abuso o dependencia. Hasta la fecha, no hay evidencia de problemas relacionados con la salud pública asociados al uso de CBD”, dice Raúl Castañeda Alatorre, socio fundador de Canncura.
7. Cura todo tipo de enfermedades
Hasta ahora, el único producto aprobado por la FDA es un medicamento para controlar trastornos convulsivos graves. No obstante, el cannabidiol también se estudia como tratamiento para una amplia gama de padecimientos, tales como la enfermedad de Parkinson, diabetes, esclerosis múltiple, espasmos musculares, ansiedad y problemas de la piel, aunque los estudios aún son limitados. “También se analizan sus beneficios en pacientes con cáncer, trastornos del sueño, fibromialgia, migraña, intestino irritable y autismo”, indica el doctor
8. El CBD es una alternativa natural
A pesar del desarrollo científico, muchos pacientes depositan sus esperanzas de tratamiento en la medicina natural. Sin embargo, investigadores advierten que el cannabidiol no es, hasta ahora, reemplazo de ningún medicamento, aunque podría caber la posibilidad de que, algún día, se convierta en un complemento de los fármacos tradicionales.
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